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Doce meses y el mundo por conquistar .
David Lacarra, logroñés de 31 años, emula al célebre Phileas Fogg de Julio Verne. Pero a él no le apremia el reloj. Sólo el afán por conocer nuevas tierras y gentes impulsa una intensa aventura que comenzó en abril de 2007 y se puede seguir en www.davidlacarra.blogspot.com.
- La primera pregunta es obligada. ¿Cómo surgió esta aventura?
- Toda mi vida he soñado con viajar. Me di cuenta de que tenía mi oportunidad de oro cuando decidí dejar mi trabajo en Italia. Al principio pensé en hacer un viaje más corto, de uno o dos meses, pero lo fui ampliando. Unas navidades, estando en Logroño, mi hermano Óscar me hizo un inocente comentario "¿Por que no te vas a dar la vuelta al mundo?".No pude quitármelo de la cabeza. Me fui ilusionando más y más, recopilando toda la información posible y haciendo números. En una mañana soleada en mi habitación, me dije: "¡Me voy a dar la vuelta al mundo!".
- ¿Cómo reaccionaron tus familiares y amigos?
- Cuando se lo conté a mis hermanos, les encantó la idea. A mis padres no tanto... Sobre todo a mi madre que me quiere tener siempre muy cerca... Pero también les acabó por gustar y me apoyaron muchísimo. Mis amigos se quedaron con la boca abierta, pero saben que soy capaz de hacer este tipo de locuras.
- Por aquel entonces estabas en Italia. ¿Qué hacías allí?
- Viví en Italia los 4 años anteriores de mi viaje. Me fui porque deseaba vivir una aventura en el extranjero y aprender un nuevo idioma. Llegué sin trabajo y con unos 30 curriculum en una carpeta. Trabaje en Porto Cervo (Cerdenña), Venezia, Roma y Milano, donde vivía. Después de 3 años era el coordinador de un centro SPA en el hotel Westin Palace de Milano y de otro en el Westin Excelsior de Roma. Y aunque era un trabajo aparentemente ideal, trabajaba demasiadas horas y con mucho estrés. No quería continuar esa vida, deseaba disfrutar más de otras cosas.
- ¿Cómo empezaste a preparar el viaje y a hacerte con los medios para hacerlo posible?
- La preparación del viaje duro más de un año. Preferí volver a trabajar por unos meses más y ahorrar todavía para ir holgado. Tenía que ser un sueño cumplido con todos los honores. Lo primero que hice fue coger un mapa del mundo (desde hace muchos años tengo colgado un mapamundi enorme en mi habitación) y hacer una lista con los países que quería visitar. ¡Eran más de 30! Había que buscar información cada lugar y hacer una ruta coherente. Me inscribí en en varios foros de viajes y contacté con muchos viajeros. Poco a poco todo fue tomando forma.
- ¿Qué es lo imprescindible que no puede faltarte en la mochila? Por curiosidad, ¿cuánto pesa?
- Llevo una mochila de 50 litros y tengo otra más pequeña de unos 15 litros. La grande pesa unos 15 kilos. En mi mochila no puede faltar nunca mi bandana tibetana para proteger del sol mi cabeza pelada, y un gorro de lana que me compré en Darjeeling (India) por si hace frío. Sobretodo, no puede faltar la cámara de fotos. Empecé con una pequeñita, pero disfrutaba tanto con las fotos que en Hong Kong me compré otra más grande. Además, llevo un pequeño botiquín (que afortunadamente no he usado casi nunca), unas zapatillas de trekking (normalmente uso chanclas) y la bolsa de aseo. Ropa, muy poca.
- En ocasiones vas acompañado...
- Cuando se viaja de esta forma es muy fácil hacer amigos en el mismo autobús, el tren o en los albergues. Si hay una buena conexión y los planes son parecidos, nos ponemos de acuerdo y ¡allá vamos juntos! He viajado con ingleses, australianos, alemanes, algún español, koreanos, japoneses, mexicanos, estadounidenses,canadienses, irlandeses..... El que más me ha durado ha sido mi querido amigo Dale, australiano; nos conocimos en Darjeeling (India) y nos despedimos en Pokhara (Nepal) casi tres meses después.
- ¿Tienes un tiempo prefijado para cada sitio o decides sobre la marcha? ¿Cuál será la última etapa?
- Ahora estoy ya en Nueva Zelanda y casi preparado para viajar a Fiji, en el Pacífico. Al principio del viaje tenia un plan con unos tiempos establecidos para cada país, pero tenía claro que iba a ser flexible dependiendo de las circunstancias. Sobre la marcha también he decidido hacer cambios, añadir o recortar algún recorrido. Todavía no sé exactamente cuando voy a regresar... pero creo que será desde Argentina. Me esperan muchos amigos allí.
- Actualizas el blog con bastante frecuencia. ¿Cómo te las arreglas para conectarte?
-Pues se lo debo todo a mi hermano Óscar. Al principio lo hacía todo yo solo, pero era imposible. Mi hermano se ofreció voluntario y ahora él se ocupa de administrarlo. Ha mejorado muchísimo desde entonces. A veces es complicado conectarse a Internet. El problema suele ser la velocidad. En China fue donde encontré mayores problemas, no por la falta de sitios o porque no fuera muy rápido, sino porque el gobierno chino tiene vetado Blogger, que es donde tenemos alojado el blog.
- ¿Qué harás al terminar el viaje?
- Lo primero es estar con la familia y traerme a España a mi novia que se quedó en Milano. Después hay que volver a empezar de alguna forma, con las pilas 'supercargadas'. Me encantaría poder trabajar en algo relacionado con viajar, pero todavía es pronto para pensar en ello. A pesar de todo tengo también mucha ilusión por lo que llegará. Me gustan y me estimulan mucho los retos nuevos.
- ¿Has pensado en prolongar esta experiencia de alguna forma? ¿Un libro, por ejemplo?
- Me encantaría completar mi blog con todas las experiencias de mi viaje y también seria fantástico poder reflejarlo en un libro. He pensado en ello, y aunque no sé si habrá alguien interesado en publicarlo, aunque solo fuera para mi familia y mis amigos me gustaría mucho realizarlo.
"¿Una imagen? Me quedo con el abrazo a Vicente Ferrer"
Una noche a 4.100 metros de altitud, el color azafrán de los monjes budistas, los amigos hechos por el camino, el trekking en Nepal y el emotivo encuentro con Vicente Ferrer en la India protagonizan algunas de las mejores experiencias vividas por David Lacarra en su viaje.
- Hasta el momento, ¿qué medios de transporte has utilizado? ¿Cuál es el sitio más extraño en el que te ha tocado comer?
- Me encanta viajar por tierra. Es como se viaja de verdad. El autobús y el tren son los que más he empleado. El sitio más extraño donde he comido.... Por ejemplo en Pingyao (China) una simpática panadera estaba preparando en su tiendita a pie de calle unos fideos con muy buena pinta para ella y le pregunté si podía preparar un plato también para mí. Accedió, amasó y preparó los fideos. Después me sacó un taburete y me los comí ahí en plena calle. Los lugareños que pasaban me sonreían y me hacían gestos de aprobación.
- ¿Y dormir?
- Recuerdo con muchísimo cariño el trek Circuito de los Anapurnas (Nepal). Dale (mi amigo australiano) y yo nos salimos de la ruta principal para ir al Lago Tilicho, el mas alto del mundo, y dormimos en el campo base a 4.100 metros de altitud.
- ¿Una imagen?
- Tengo millones de imágenes, pero me voy a quedar con una muy muy especial: el abrazo que le di a Vicente Ferrer en su fundación en Anantapur (India).
- ¿Un olor?
- El olor del sándalo en las calles de cualquier pueblo en India.
- ¿Un sonido?
- El sonido del kecak (música tradicional balinesa) cantado por 100 hombres.
- ¿Un color?
- El color azafrán y naranja de las túnicas de los monjes budistas de Tailandia y Camboya.
- ¿Un nuevo amigo/a?
- Difícil quedarse sólo con uno... Dale, Dionne y Ben, Lauren, Sarah, Nacho, Shane, Wladimir y Wladimir, Rody, Karl, ..... ¡Son tantos!
- Elíge una anécdota
- Durante un trek en Nepal, en la región de Helambu, caminábamos cinco amigos (Dionne y Ben de Inglaterra, Sarah y Dale, de Australia y yo) durante un día muy lluvioso. Terminamos perdidos. Para poner mas emoción si cabe, nos encontramos en un lugar con miles de sanguijuelas que parecían surgir de todas partes; incluso se dejaban caer de las ramas de los arboles. Intentaban trepar por nuestras zapatillas. Llegó un momento en que era imposible parar a quitárselas porque había más que seguían acercándose. Finalmente dimos con el camino y llegamos a una pequeña choza de pastores vacía. Improvisamos un pequeño campamento, hicimos un pequeño fuego para calentarnos, secarnos un poco y limpiarnos las piernas y los pies. Nuestros pies sangraban de las mordeduras. De noche alcanzamos un albergue y, ya duchado, llegué a contar en mis pies más de cincuenta mordeduras de sanguijuela.
Comentarios
02 Auxi 18-03-2008
Es alucinante leer una vez más tu fantástico viaje, tantos y tantos momentos que has vivido, y los que aun te quedan por vivir. Sería genial que pudieras plasmarlo todo en un libro. Un abrazo enorme. Muchas suerte y a seguir bien.
01 Laki 17-03-2008
Impresionado con el fantástico viaje y experiencia creo que lo lógico será plasmarlo en un libro al termino de la aventura, ha sido genial el poder leer esta entrevista y que nos cuentes como te va todo, un abrazo y mucha suerte para todo en la vida.
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