31 diciembre 2007

Feliz Año Nuevo 2008. A seguir soñando...


Y bien...

Casi sin quererlo hemos llegado al final de 2007. El año pasado por estas fechas estaba en casa con la familia esperando las pocas horas que quedaban para celebrar el comienzo de un nuevo año al que deseaba pedirle un nuevo sueño cumplido. A los pocos meses el Viaje comenzó y desde entonces parece que ha pasado una semana, pero durante este tiempo he viajado a través de India, Nepal, Tibet, China, Hong Kong, Macao, Tailandia, Malasia, Singapur, Camboya y ahora Indonesia. Este maravilloso año que nunca olvidare, 2007 2007 2007.... me ha traído ademas de mi sueño cumplido, buena salud para la familia (a excepción de algún que otro susto y alguna que otra intoxicacion alimentaria de ultima hora...) y los amigos, un muy deseado visado de trabajo para Kelly y por si fuera poco nadie me ha robado nada. Pues a nivel personal poco mas le puedo pedir como veis (por lo que respecta a el Mundo la historia es otra).

Pero dejadme que siga soñando y no penséis que en estas ultimas horas me voy a quedar con los brazos cruzados. Me encuentro en una preciosa isla llamada Gili Trawangan muy cerquita de Lombok, y es aqui donde he decidido que voy a darle las gracias por ultima vez a este año que se nos va y tantas alegrías me ha traído, y darle la bienvenida con toda mi alma al 2008. No pienso ser conformista y también tengo preparado un pedido especial de sueños por los que pienso luchar esperando que también mi fiel amigo el Universo me acompañe. El año que viene, por estas fechas (se me pone la piel de gallina escribiendo esto), estaré recordando de nuevo un millón de momentos maravillosos vividos, y seguro que no solo tienen que ver con los últimos meses de mi viaje.

A todos vosotros, mi querida familia, mis queridos amigos, mi querida Kelly, quiero desearos desde lo mas profundo de mi que sigáis soñando y preparéis también vuestro pedido especial de sueños para el nuevo año. Si lo hacéis con toda la ilusión y con toda la fuerza mi amigo el Universo estará a vuestro lado.

Para todos....

FELIZ AÑO NUEVO 2008


Un beso y un abrazo desde un paraiso lejano.

25 diciembre 2007

El milagro de la Navidad.

No lo podíamos creer pero allí estaba el, de repente sonó el timbre de la puerta y la sorpresa fue monumental, el deseo de tenerlo cerca se volvió realidad, debió ser que tantas almas suspirando por ese momento lograron el milagro de la Navidad.
Cenamos, bebimos el vino de La Rioja y nos reimos muchisimo, la verdad, hasta O'Neal Von Rastan se quedo perplejo sin quitarle ojo de encima durante toda la velada.
Esta mañana al despertar nos dimos cuenta de que fue solo un sueño, pero fue un precioso sueño de esos que se hacen realidad, de todas formas nos quedan las fotos para recordar.

Un abrazo para todos, y Feliz Navidad.

Ya ves te ha vuelto a caer el cerdito.... jejeje

24 diciembre 2007

Feliz Navidad desde Bali.


Querida Familia, querida Kelly, queridos Amigos,

En este día tan especial, 24 de Diciembre de 2007, quiero desearos a todos con toda mi alma unas muy felices fiestas. Aunque estemos un poquito lejos (el mundo no es tan grande al fin y al cabo!) en realidad estaremos muy cerca en nuestros corazones. Para mi serán unas navidades muy especiales porque como sabéis estoy cumpliendo un sueno muy deseado. Recuerdo en los largos meses en que lo planeaba a menudo se me ocurría pensar: "Donde estaré en Navidad?". Pues bien, me encuentro en Bali, Indonesia. Y esto es otro pequeño sueño dentro del gran sueño, pues desde hace tiempo llevaba el nombre de Bali escrito en mi lista secreta de deseos.

Estoy seguro que nos echaremos mutuamente de menos, pero también estoy convencido de que lo disfrutaremos igual. Por lo que a mi respecta, no me pienso privar de nada!! Así que disfrutad al máximo y seamos felices.

Un abrazo muy fuerte y besos para todos!! FELIZ NAVIDAD.



18 diciembre 2007

Dias de cine y bolos en Kota Kinabalu.

Subir montañas es algo agotador. Siempre había sentido mucho respeto por ello, y a veces hasta cierta desconfianza. Dudaba de si tendría la capacidad suficiente de caminar esas empinadas cuestas durante horas, y sobretodo me preguntaba si finalmente pagaría su recompensa. Pero de un plumazo se hizo la luz en mi, en cuanto por fin tuve una verdadera oportunidad de entender lo que supone esto del trekking, hiking o subir montañas si lo preferís. Las sensaciones que te regala son 10 veces mas intensas que todo el cansancio que uno pueda sentir. En este viaje estoy aprendido muchas cosas, una de las mas reconfortantes es el saber disfrutar caminando entre las montañas. Y es que en Nepal no te queda otro remedio que intentarlo. Como vas a pasar por allí sin hacerlo? Fue maravilloso. Todavía no me llega el tiempo de recordar pues mi viaje no ha terminado, pero muchas veces se me pasan por la memoria momentos vividos y disfrutados, algunos de los que se repiten con mas frecuencia tienen que ver con las montañas en Nepal.
El Kinabalu no fue una excepción, y a pesar del disgusto de no tener a mis amigos arriba, contemplar ese amanecer envuelto en nubes fue algo indescriptible. Poco después, cuando revisamos nuestras fotos descubrí que Nacho y Rody también disfrutaron de las vistas del amanecer, desde un punto mas bajo pero excelente igualmente. Se lo merecieron. Y después de todos esos momentos de fatiga, llegamos de vuelta a Kota Kinabalu y volvimos a encontrarnos con la lluvia. Aquella primera noche lo celebramos de cena en un restaurante italiano de cierta reputación.

Los días siguientes teníamos pensado ir a un parque nacional que hay en unas islas a tan solo 15 minutos de la ciudad, pero la lluvia nos lo trunco. Todavía nos quedaban unos días para tomar nuestros vuelos, así que ante la incomodidad de la lluvia y de manera espontanea, nos dejamos seducir por la vida fácil y placentera. El cine, los bolos y demás vicios juveniles se convirtieron en nuestros aliados contra el aburrimiento. Llevábamos ya algunas semanas alejados de estas comodidades, así que nos agarramos con gusto. El que mas lo disfruto fue Nacho, sin duda. Ya en Melaka me había asustado cuando fuimos a jugar a los bolos. Le gusto' tanto que se empezó a plantear la seria posibilidad de tomar un curso o algo parecido en cuanto llegase a Madrid (en estos momentos, puede que este en pleno entrenamiento). Y en K.K. la droguilla de los bolos calo' todavía mas en sus venas cuando un jugador al que mirábamos con admiración se nos acerco y se ofreció voluntario para instruir a nuestro voluntarioso amigo. Menudo tipo este entrenador! En los días sucesivos dedico unas cuantas horas a enseñar a Nacho un montón de cosas sobre los bolos. Nacho, mas feliz que un zagal con zapatos nuevos, intento pagarle todos sus merecidos esfuerzos, o incluso invitarle a tomar algo, pero este señor tan apasionado de los bolos y tan amable, siempre se negó en redondo. Son cosas que pasan en estos remotos lugares de Asia, donde la gente todavía es amable y desinteresada con gusto y por costumbre. Ojala esto nunca cambie, Asia es la esperanza de la humanidad.


Pero volviendo a los bolos... yo también disfrute de mi momento mas memorable, cuando en una de las partidas me anote 5 plenos seguiditos, uno detrás de otro. Rody y Nacho me miraban sorprendidos, y yo no podía parar de reírme a carcajada limpia después de cada lanzamiento. Fue tan inesperado como ridículo y divertido. A ver si al final yo también voy a tener que replantearme mi futuro y termino en las ligas profesionales...
Los días pasaron de esta forma casi sin darnos cuenta. Despedimos a Rody un día antes de tomar nuestro avión a Kuala Lumpur. Desde el primer día en que lo conocimos, tuvimos una química estupenda y fue divertidisimo. Pero como siempre, los caminos de unos y de otros nos van separando, aunque siempre nos quedaran los recuerdos, las fotos, y también Facebook y el e-mail. Y así a Nacho y a mi nos llego también nuestro momento de darnos un abrazo y de citarnos de vuelta en España. Sucedió en Kuala Lumpur. Yo a Camboya y tu a Indonesia. Ha sido casi un mes en el que no solo he convivido con otro viajero sino que he encontrado a un verdadero amigo. No dudéis que algún día volveremos a encontrarnos. Aprovecho para darte las gracias, Nacho. Y si uno de estos días nos encontramos en Logroño, tu querido Madrid... o quien sabe, en cualquier otro lugar de este hermoso planeta.

06 diciembre 2007

Kinabalu, la Montaña Magica. Ascensión a Kinabalu.

¡Os recomiendo, clikar en alguna foto para hacerla grande, merece la pena!, Oskar.


En Borneo además de unas islas maravillosas hay una montana mágica que se llama Kinabalu. Desde que escuché esa palabra por primera vez y tras ver alguna de sus foto pensé que un nombre tan bonito le venía como anillo al dedo. Esta montaña mágica no es una montaña cualquiera: es una de las mas altas de todo el sudeste asiático, con 4095 metros de altitud. Su imponente aspecto viene dado por la selva que lo aprisiona hasta donde llega, pues mas allá de los 3500 metros la montaña se revela mostrando todo su músculo reflejado en el granito que la recubre hasta llegar a su cima. Una preciosa calvita que me hacia simpatizar todavía mas con ella. Y el amanecer desde allí, dicen, es una de esas experiencias que se recuerdan de por vida.

Con estos antecedentes y sabiendo que aparentemente la ascensión es asequible, quien podría resistirse? Respuesta: es madrileño, con barbita cuidada, morenito y le gusta mucho bucear. Os suena? Trabajo me costó convencerle para que me acompañase en la subida, pero finalmente Nacho acepto el reto como un campeón a pesar de no estar entre sus preferencias. Se nos sumó Rody, un amigo holandés con el que coincidimos en Semporna. Es curioso pero en Kota Kinabalu volvimos a reencontrarnos con algunos de los amigos que habíamos hecho buceando: Rody, Erica, Beth, Michelle, Stefan...
La subida al Kinabalu se hace en dos días. El primero se toma un autobús desde Kota Kinabalu que llega en unas dos horas hasta la entrada al Parque Nacional. Desde allí una vez registrados en las oficinas del Parque y pagada la entrada, guía, seguro, y demás suplementos rascabolsillos obligatorios, una minivan transporta a los trekkers hasta la base de la montana a unos 5 kilómetros de la entrada, desde donde comienza la ascensión. Se camina unos 6 kilómetros durante unas 3 o 4 horas llegando hasta los 3300 metros donde se encuentran los refugios y albergues para reponer fuerzas y pasar la noche. El segundo día comienza temprano sobre las 3 de la madrugada, y después del desayuno se ataca la cima situada a unos 4 kilómetros con el propósito de llegar antes del amanecer. Una vez disfrutadas las vistas y superado el reto se desciende los 10 kilómetros hasta llegar al punto de partida en la base de la montaña.

En teoría los albergues hay que reservarlos con meses de antelación por lo que al llegar a las oficinas del parque podrían habernos mandado para casa. No dejan pasar a nadie si no hay reserva en el albergue, o si no quedan camas libres. Pero confiando en nuestra suerte tomamos un taxi hasta llegar al Parque y efectivamente quedaban camas disponibles. Con una pachorra impresionante nos tomamos todo nuestro tiempo y después de comer en un restaurante del lugar, comenzamos a subir sobre la una y media de la tarde, cuando ya la mayoría de las personas estaban descansando en los albergues. Nuestro simpático guía, Charles, fue inmediatamente rebautizado por Rody como DJ Charly, pues llevaba un mp3 con su música e iba en la cola del grupo.

Curioso, en realidad no hace falta guía porque el camino es imperdible, pero del mismo modo es adecuado que sea obligatorio en el caso de que alguna persona necesite asistencia. Además de estar allí caminando con nosotros, el bueno de Charles, al que le faltaban todos los incisivos y parecía pariente del conde Drácula, no aportó ninguna información sobre plantas, arboles o animales que pudiera interesarnos, así que su presencia fue casi testimonial durante todo el camino. El ancho sendero era fácil de caminar, muchas veces con escaleras, rodeado de selva tupida, y con pequeñas marquesinas cada medio kilómetro y hasta servicios. La única cosa que lo hizo realmente pesado fue la lluvia que caía sin parar. Aunque lleves protección es imposible permanecer seco durante todo ese tiempo.
La presencia de Rody fue un buen regalo para Nacho y para mi, no porque nos abaratara los costes como bromeábamos con él, sino porque es un tipo genial y divertido. Rody es un policía militar de Amsterdam de 35 años, aunque aparente algunos menos, con él que fue muy fácil compartir todo el tiempo que estuvimos en Kota Kinabalu y también en la montaña. Su calva podría rivalizar con la mía si algún día nos presentásemos a un concurso de belleza para calvos. No puedo decir eso de muchos otros calvorotas que hay viajando por ahí. Y por si fuera poco... este par de vejestorios me hacían el mas jovencito del grupo. Me hicieron sentir todo un zagal.
Durante la marcha nos cruzamos con muchas personas de todas las edades y condiciones, incluso con un grupo de médicos y pacientes talasémicos que estaban allí desafiando su enfermedad con toda valentía. Una experiencia admirable la de este grupo de malayos.

A las tres horas aproximadamente el incontenible Rody llego primero a Laban Rata y tuvo que esperarnos durante algunos minutos.Llegamos los tres calados hasta los huesos. Lo pasamos muy bien ese día. Estábamos cansados, mojados y hambrientos, pero contentos. A esa altitud (3300 metros) a veces aparecen los síntomas del mal de altura, aunque nosotros no tuvimos ningún problema hasta ese momento. Después de la ducha de rigor (con agua... más fría que caliente) nos dimos un homenaje en el buffet libre de Laban Rata, y unas manitas de cartas después nos retiraron a dormir a nuestro albergue en Guntin Lagadan a unos 200 metros del restaurante.
Irse a dormir a las 7 de la tarde suele resultar tan difícil como levantarse a las 3 y media. Ademas de la altitud que normalmente te impide tener un buen sueño, las finas paredes del albergue nos permitieron escuchar toda clase de ruidos durante la noche. Así podéis imaginaros las condiciones en las que estábamos al despertar. Eso sí, una vez mas hicimos gala de nuestra pachorra y allí estábamos nosotros desayunando una sopa instantánea cuando ya no quedaba nadie en el albergue. Rody era el mas afectado pues tuvo una mala noche y por si fuera poco sentía dolor de cabeza. Posiblemente por culpa de la altitud, lo que no era un buen síntoma. Sobre las 4 comenzamos la subida a la cima en completa oscuridad y con tan solo 2 linternas. Ni siquiera funcionaba la linterna de Charles, que de nuevo nos impresionó con su exquisita preparación. La lluvia seguía sin darnos tregua y no paraba de caer. Llevábamos un ritmo lento y no había buenas sensaciones en el grupo. Caminamos durante media hora aproximadamente hasta llegar al final de la selva y al inicio de la zona pedregosa de la montaña. A partir de allí el camino se empina hasta limites insospechados y a veces hay que hacer uso de una soga anclada a la piedra que llega hasta la misma cima. Ese primer repecho acojonaba porque tenía ya de buenas a primeras al menos un 70% de desnivel. Y fue allí donde Rody tuvo que decir basta. Su dolor de cabeza no le dejó continuar y decidió dar la vuelta. Nacho y yo nos encontrábamos bien. Yo tenía muy claro que deseaba con todas mis fuerzas llegar hasta arriba. Nacho lo sabía y por eso tuvo un gesto que siempre le agradeceré: se sacrificó por mí y decidió acompañar a Rody en el camino de vuelta, dejándome a mi con Charles y permitiéndome continuar. Me sentí triste por quedarme solo, pero a la vez feliz de poder seguir caminando. Quizá fue eso lo que me hizo agarrar esa condenada cuerda con fuerza y tirar para arriba como un condenado. Me sentía muy bien y con cada paso mejor. Fui pasando a varias personas en ambos sentidos, gente que tenía que tirar la toalla porque no se encontraba bien, y gente que continuaba a un ritmo mas lento.


Después de unas emocionantes y bonitas dos horas de subida sobre las 6 de la madrugada llegué a la cumbre del Kinabalu, el Low Peak a 4095 metros. Todavía no había amanecido, aunque las perspectivas eran bastante pobres. Todo el cielo estaba cubierto por tupidas nubes que no dejaban ver nada. Mala suerte, pero ya sabía que las posibilidades con ese tiempo eran remotas. Disfruté de la cima durante un rato tomando fotos y algún vídeo, y poco después el frío hizo que comenzara a bajar.

A los 20 minutos de descenso atravesé todas esas nubes que impedían ver nada desde la cima y contemplé un espectaculo maravilloso. Un amanecer esplendido mejorado por algunas nubes que filtraban los primeros rayos de sol de la manana. Me senté sobre la piedra y disfruté durante casi una hora de unas imagenes idílicas que de algún modo me recordaron al amanecer que viví con Dale en la subida al Lago Tilicho. Fue fantástico.

Más contento que unas castañuelas continué mi descenso. Me sentía cansado pero con unas ganas enormes de seguir caminando, quizá por eso bajaba bastante rápido. Cuando quedaban tan solo un par de kilómetros para llegar al punto donde todo había comenzado tuve mi reencuentro con Rody y Nacho. El pobre Rody había tenido otro contratiempo bajando y se dañó la rodilla. Asi continuamos los tres juntos hasta terminar la bajada y la experiencia de subir el Kinabalu. Repetimos en el restaurante donde habíamos comido en nuestro primer día, aunque esta vez con caras de cansancio y tan solo de media satisfaccion como podéis imaginar. Un autobús nos llevó de vuelta a Kota Kinabalu donde nos esperaba un merecido descanso. A pesar de sentirme por un lado triste por mis queridos amigos, al menos pude completar la experiencia de subir hasta esa cima tan hermosa, que como me habían comentado, difícilmente olvidaré durante el resto de mi vida.